No podemos obviar que los centros escolares son lugares donde se gestan los pilares de la producción artística de nuestro futuro inmediato. Zas Espazioa quiere en esta ocasión poner el foco en esa realidad muchas veces relegada. Y lo hace visibilizando el trabajo artístico de uno de estos espacios educativos: “Ekialdea II”, situado en la calle Nieves Cano Kalea de Gasteiz. De mano de dos profesoras de bachillerato, Idoioa Aurrekoetxea y Uxue Saenz de la Fuente y dentro de la asignatura “Técnicas de expresión gráfico-plásticas” se planteó al alumnado un ejercicio de fin de curso titulado “Autobiografías artísticas / Autobiografia artistikoa” del que se han seleccionado más de treinta piezas escultóricas, audiovisuales, pictóricas… que se han volcado en el escaparate de Zas Espazioa y también en una de sus salas.
Recordemos que en el bachillerato artístico la materia de “Técnicas de Expresión Gráfico-Plástica” aporta al alumnado los conocimientos que hacen posible la comunicación a través de imágenes y fomentan la capacidad creadora mediante la experimentación con distintos materiales, buscando soluciones diferentes y propias e iniciando a las personas estudiantes en el mundo de las artes visuales para que encuentren en el campo de la expresión plástica significado para su vida cotidiana. La actividad educativa en las técnicas de expresión gráfico-plástica contribuye, por lo tanto, al desarrollo general y crítico de sus capacidades que se desarrollan a través de los esfuerzos de las personas para crear, comprender e interpretar las obras de arte y, por extensión, de un mundo en el que lo visual es protagonista.
Esta nueva actividad de Zas Zas Kultur se enmarca dentro de la temática “el otro” que durante los meses de mayo, junio y julio vertebra la programación de este espacio cultural alternativo ubicado en el corazón de la almendra” gasteiztarra. ¿Quién es “el otro”? “El otro” es la persona próxima, coterránea, paisana, cómplice o la compañera. Aunque también puede ser la extraña, la desconocida, rival o enemiga. En cualquier caso, no puede existir “el yo” sin “el otro”, como afirma la filosofía. Un otro, o “otra”, que podemos percibir como nuestra igual, o por lo contrario, como desigual.