Larrimbe empapela con su tercer papel pintado sobre los iconos de la Transición las paredes de Zas Kultur. Una vez más el artista nos incita a reflexionar sobre el propio medio artístico, cuestionando su propio soporte. Pero no sobre el que se realiza la obra, sino sobre el que la obra suele ser colgada; es decir, la pared. El papel pintado sigue un patrón que se expande por el espacio. Una repetición de ornamentos y motivos que componen un espacio de equilibrio compositivo. Entre la aparente inocencia de los mismos, surgen las siempre presentes imágenes icónicas de la transición. La estrategia se abre entonces hacia diferentes caminos. Por un lado, subyace una reivindicación de un arte que salta de la pieza única para convertirse en un material barato y seriado. Por otro, un alegato contra la irrupción de lo político en nuestra cotidianidad, siendo capaz de ocupar un espacio de intimidad (el hogar) y la supuesta inocuidad de aquellos objetos que nos acompañan en nuestra rutina. En esta ocasión «Atentado» toma como motivo icónico central sobre el que se construye el ornamento del papel pintado la imagen del asesinato de Carrero Blanco.